Sostener lo que parece opuesto: una invitación a mirar distinto

Sostener lo que parece opuesto: una invitación a mirar distinto

Por Diego Rey Sun Han

Hay días en los que todo abruma un poco. Las noticias, las reuniones, las pequeñas decisiones que se sienten gigantes. Entre tanto, somos enfrentados con la idea de que solo hay dos caminos: o estás con esto, o estás contra esto. ¿Te mueves rápido o te tomas el tiempo? ¿Innovas o cuidas lo que ya funciona?

Sin darnos cuenta, llegamos a las conversaciones con la maleta cargada. No siempre estamos en desacuerdo; a veces simplemente estamos viendo distintas partes de algo más grande. Pero, como lo vemos desde nuestro “metro cuadrado”, terminamos empujando hacia lados opuestos.

Y sí, eso desgasta. Porque queremos transformar las cosas, pero también cuidar vínculos. Queremos libertad sin perder el rumbo. ¿Y si no se trata de elegir, sino de aprender a sostener?

Imagen cortesía de José M. Reyes.

El dilema no es elegir, es sostener

Barry Johnson(1), investigador y consultor organizacional, propone un modelo para abordar tensiones que no se solucionan eligiendo un bando. Las llama polaridades: pares de valores o enfoques que parecen oponerse, pero que, en realidad, se necesitan mutuamente.

Pensémoslo así: necesitamos respirar, pero no decidimos entre inhalar o exhalar. Ambas acciones son vitales. Lo mismo ocurre en muchos de los dilemas que enfrentamos en la vida, en el trabajo o en nuestras familias. No es cuestión de tomar partido, sino una invitación a aprender a gestionar esas tensiones. Saber cuándo dar un paso hacia un lado y cuándo hacia el otro. Entender que el problema no es la tensión, sino quedarse estancado en un solo polo. Cuando logramos movernos entre ambos con conciencia, aparece algo nuevo: equilibrio, creatividad, posibilidad.

“Entender que el problema no es la tensión, sino quedarse estancado en un solo polo. Cuando logramos movernos entre ambos con conciencia, aparece algo nuevo: equilibrio, creatividad, posibilidad.”

El valor de construir integrando diferencias

En Ciudad de México, un grupo de diseñadores trabaja con comunidades locales para mejorar los sistemas de reciclaje en mercados populares. Algunas personas del equipo quieren implementar prototipos de inmediato: probar, ajustar, mostrar resultados. Otras, más cercanas a las vendedoras del mercado, insisten en tomarse el tiempo para construir confianza, sentarse a conversar, entender lo que no siempre se dice.

Y claro, ambas posturas cuidan algo importante: Si se actúa muy rápido, se corre el riesgo de imponer. Si se espera demasiado, se puede perder impulso. Entonces, ¿qué hacemos?

En El Alto, Bolivia, una cooperativa de mujeres tejedoras enfrenta otra polaridad: ¿apostar por productos más comerciales para asegurar ingresos o seguir priorizando técnicas tradicionales que resguardan su identidad? Ambas decisiones tienen sentido. La clave no está en elegir una y descartar la otra, sino en tejer un camino que honre ambos aspectos.

Estas no son situaciones aisladas. Son parte de nuestro día a día. Y es ahí donde el modelo de polaridades nos cambia la conversación.Porque, en vez de preguntar “¿quién tiene la razón?”, podríamos preguntarnos:

¿Qué está cuidando cada parte?

¿Qué se perdería si una de las voces desaparece?

¿Cómo hacemos espacio para sostenerlas a las dos?

Polaridades: el poder de sumar, no de dividir

Este enfoque no se trata únicamente de tomar mejores decisiones, sino de mirar distinto. Con más empatía. Con más escucha. Porque muchas veces, esa persona que “pone peros” no está frenando: está protegiendo algo que todavía no hemos nombrado. Quien pide estructura no es enemigo del cambio; quizás ya vivió un proceso sin rumbo y no quiere volver ahí.

Quien no quiere apurarse, tal vez no teme avanzar, sino repetir errores que ya dejaron marcas.

Gestionar polaridades no es un acto técnico: es una práctica humana. Es la forma en que aprendemos a ver los dilemas desde el todo, no desde la mitad. No para diluir las diferencias, sino para integrarlas en algo más potente.

Cortesía de Gamze Şentürk.

¿Y si diseñamos desde el “Y”?

Para quienes diseñamos servicios, experiencias o estrategias, esta puede ser una brújula valiosa.Nos saca del piloto automático del “problema-solución” y nos recuerda que hay tensiones que no se resuelven: se abrazan.

Quizás, el futuro no está en elegir entre una alternativa u otra, sino en tener el coraje de vivir en el “Y”.  Crear desde ahí. Escuchar desde ahí. Diseñar desde ahí.

 Sostener lo que parece opuesto. Y hacerlo con la certeza de que construir juntos siempre vale más que tener la razón.

Referencias:

(1) Johnson, B. (1996). Polarity Management. HRD Press.


Foto de portada cortesía de Daniel Norin

Sobre Diego

Diego es diseñador estratégico y un apasionado del uso de la creatividad para diseñar un mundo en el que todos los seres puedan prosperar. Es Gerente de Estrategia e Innovación en Continental International Education, un ecosistema de educación superior con presencia en toda la región. Además, es fundador de Shivi, un laboratorio de diseño regenerativo que busca cerrar brechas entre el campo y la ciudad. En los últimos años, ha orientado su crecimiento personal y profesional hacia la regeneración, el pensamiento sistémico y la creatividad.