Habitar la Imagen

¿Qué pasa cuando nuestras memorias no están completas?

Habitar la Imagen

Por Evelyn Reyes

Álbumes con fotos donde no nos reconocemos o donde el contexto es ajeno a nuestro imaginario. ¿Cómo podemos, a partir de ahí, construir una identidad que no solo nos defina, sino que también nos guíe en el futuro?

La fotografía, la memoria (colectiva e individual) y el archivo son herramientas con las que tejemos quiénes somos –y seremos–. En ese acto aparecen elementos que también intervienen como las ausencias, lo que heredamos y lo que imaginamos. Recuperar y reconstruir esas imágenes es también un acto de innovación personal y colectiva: una forma de vernos, ver quiénes queremos ser —personal y colectivamente— a partir de lo que ha sido.

Archivo fotográfico de la familia Choje.

La fotografía no solo nos muestra lo que ha sido, también revive lo ausente: una presencia que nos hace volver a habitar el tiempo y a encontrarnos en él. Roland Barthes (1980) define la fotografía como un “certificado de presencia”, como la evidencia de que algo/alguien existió o “ha sido” frente a la cámara. Pero esto no queda solo como una constancia del pasado; al ver una imagen, eso que “ha sido” se vuelve tangible otra vez en nuestro presente y en consecuencia actúa sobre ella. 

Cuando nos encontramos con esos archivos fotográficos, lo que sucede es un fenómeno latente: el cómo miramos, qué miramos y lo que entendemos empieza a construirnos o deconstruirnos, nos transforma. Todas las preguntas que hacemos, el cómo recordamos, cómo revivimos esos momentos en nuestra memoria, las texturas y emociones que invocamos, todo ello se vuelve síntomas de lo que somos y seremos; sin embargo, mirar no es un gesto neutro; toda mirada parte de un lugar.

Desde donde –nos– vemos

Mirar también depende del lugar desde donde lo hacemos. No todas las memorias y formas de ver se sostienen igual. El territorio también impacta nuestra lectura y nuestra forma de construir; determina las imágenes que tenemos y las que no. Crecer y vivir en San Juan de Lurigancho, como es mi caso, por ejemplo, implica reconocer que todo lo que “ha sido” está en un estado casi nebuloso y onírico; es construir una identidad desde los otrxs, las etiquetas, pero también desde la resistencia interna. 

Fotografía por Evelyn Reyes

Susan Sontag (1977) en “Sobre la Fotografía” marca esta relación de poder entre quien mira y lo mirado, entre quien dispara y quién –o lo que– es representado. Atrevernos a ver y manipular la narrativa desde nuestra mirada abre posibilidades de cambio; es apropiarse de lo que se cree ya dicho. 

Como menciona bell hooks (1992), mirar no es un acto pasivo: es una forma de reclamar quienes somos y crearnos desde dentro. Esto llevado a la fotografía, el archivo y la memoria, se convierte en una arma poderosa y llena de posibilidades narrativas distintas y profundas en cada contexto. Sontag también afirma que “fotografiar es apropiarse de lo fotografiado”; cada imagen que sacamos y que ha sido sacada es una interpretación del mundo y de nosotros mismos, porque decidimos qué es y qué no, esa decisión también se convierte en otra señal para entendernos. Elegir qué recordar, qué creer, qué aceptar de todo lo que se nos dice es reconstruirnos frente a la mirada ajena.

Aquí, la fotografía no solo se convierte en la forma más valiosa de documentar los momentos más importantes, sino que se mueve entre las posibilidades de cómo queremos –y podemos– ser vistos.

Lo que permanece –y lo que transformamos–

En el archivo, el tiempo se entrelaza: pasado, presente y futuro dialogan. Cada imagen que se guarda encierra una historia suspendida, a la espera de ser vista de nuevo. Una historia que se mantiene viva por partes, a veces se pierde y otras que se renuevan. Volver sobre esas fotografías no es solo un ejercicio de memoria, sino también de creatividad.

¿Y por qué guardamos imágenes? Esa necesidad de retener lo que podría desaparecer es, como describe Jacques Derrida (1995), lo que hace que el archivo exista. El archivo se convierte en un territorio de dinamismo, donde se disputa qué se queda, quién lo hace, qué o quién queda afuera, quién accede a esto. Quien mira entonces, se debe encargar de rehacer estos vínculos, releerlas se convierte en un espacio también de relación, como propone Ariella Azoulay (2008), con la mirada del otrx, una mirada colectiva y por qué no, política.

Los archivos familiares y propios se convierten para mí en un mapa de ausencias. Imágenes de personas que no conocí, lugares que apenas reconozco, tiempos que apenas recuerdo o que en su momento no presencié con detenimiento. Mirarlas hoy se vuelve una forma de construir desde las grietas, desde lo efímero, es nombrarlo y reconocer lo que me formó sin que lo supiera o me de cuenta. 

Revisar los archivos –sobre todo cuando las memorias están incompletas o fragmentadas– es un acto de resistencia e invención. Restaurar y preservar una memoria no solo es rescatar lo que ha sido, sino también imaginar lo que podría ser. Esa posibilidad de volver a ver, reescribir, reimaginar hace que nuestra identidad construya sus bases. La fotografía se convierte en una ventana/espejo; se sitúa entre lo que fuimos, lo que somos y lo que aún podemos llegar a ser.

Volver a mirar, volver a ser

Mirar hacia atrás no es solo un gesto de nostalgia, sino de construcción. Se vuelve un ritual para hallarse entre lo que parece perdido y ajeno. Cada imagen que reencuentro y hago es un grito de aceptación que pide un espacio. La identidad se vuelve algo en constante movimiento, ese territorio que habitamos y transformamos con cada nueva mirada. Quizás el futuro consista en eso: seguir mirando para reinventar lo que seremos.


Imagen de portada por Evelyn Reyes

Referencias


Azoulay, A. (2008). El contrato civil de la fotografía [The Civil Contract of Photography]. Zone Books.

Barthes, R. (1980). La cámara lúcida: Nota sobre la fotografía. [La chambre claire: Note sur la photographie]. Paidós Comunicación.

Derrida, J. (1995). Mal de archivo: Una impresión freudiana [Mal d’archive: Une impression freudienne]. Éditions Galilée.

Hooks, B. (1992). Miradas negras: Raza y representación [Black Looks: Race and Representation]. South End Press.

Sontag, S. (1977). Sobre la fotografía [On Photography]. Farrar, Straus and Giroux.


Sobre Evelyn

Evelyn Reyes Choje es artista visual y directora creativa peruana. Trabaja con la fotografía y el archivo como territorios vivos donde la memoria se quiebra, se pierde y renace. Sus proyectos exploran las ausencias y las historias que persisten en lo íntimo. Desde la dirección audiovisual, la edición y la imagen, Evelyn construye universos que iluminan lo que fuimos, lo que somos y lo que aún podemos imaginar.

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