Diseñar en la incertidumbre: Cuando el diseño se vuelve brújula

Por Abel Valdez
”We designers often focus too much
on the object being designed,
and not enough on the system
within which it operates."
— Don Norman, The Design of Everyday Things.
En contextos donde la incertidumbre es la norma y no la excepción, el diseño comienza a asumir un rol distinto al que tradicionalmente se le ha atribuido. No se trata únicamente de embellecer, comunicar o crear productos, sino de operar en escenarios marcados por la complejidad, donde los desafíos son sistémicos, las soluciones no son evidentes y los actores que intervienen tienen intereses múltiples —a veces, contrapuestos.
El diseño en estos entornos funciona más como brújula que como plano. Y es justo en este tipo de situaciones —altamente inciertas, socialmente cargadas y políticamente disputadas— donde emerge un nuevo enfoque: el diseño como herramienta para la incidencia política.
Desde esta perspectiva y razón de ser, surge Accionar.io, un laboratorio de diseño enfocado en impulsar transformaciones sociales desde abajo, donde hemos acompañado procesos de política pública, activismo y participación ciudadana que requieren mucho más que soluciones visuales: requieren espacios de escucha, co-creación y experimentación política. A continuación se desarrollan un par de ejemplos que han servido para el desarrollo de la metodología de co-diseño de accionar.io

Diseñando para quienes menos tienen
Un ejemplo paradigmático de este enfoque fue el programa piloto para garantizar seguridad social a 2.4 millones de trabajadoras del hogar en México. Se trató de una propuesta ambiciosa, no sólo por su objetivo normativo, sino por lo que implicaba en términos de rediseño institucional: adaptar sistemas complejos, repensar la experiencia del acceso al sistema de seguridad social, simplificar procesos administrativos y sobre todo, desarrollar narrativas capaces de revertir siglos de exclusión.
En este caso, la perspectiva de diseño acompañó un proceso histórico que reunió a movimientos sociales, gobierno y a un sin número de actores sociales. El programa piloto permitió poner a prueba los mecanismos institucionales en un entorno acotado, detectar cuellos de botella, construir materiales de comunicación desde la dignidad, y en particular, generar evidencia para mejorar el servicio público de seguridad social. No fue una solución impuesta, sino construida desde la articulación y el co-diseño entre instituciones, organizaciones sociales, trabajadoras del hogar y aliadas técnicas. El pensamiento de diseño fue clave no por su forma, sino por su enfoque: facilitó lo que parecía imposible, haciendo visible, comprensible y accionable una derecho históricamente postergado.
Diseñando para transformar el sistema de salud pública
Otro caso ilustrativo es la plataforma ciudadana cerodesabasto.org, que permite a personas usuarias del sistema de salud en México, reportar la falta de medicamentos en tiempo real. En medio de una crisis sanitaria y política, esta herramienta demostró que el diseño puede fungir como infraestructura cívica.
La plataforma fue pensada no solo como sitio web, sino como mecanismo de articulación entre pacientes, profesionales de la salud, organizaciones sociales y medios de comunicación. Su diseño visual, su usabilidad y su enfoque abierto, permitieron canalizar la indignación hacia la generación de evidencia pública útil para exigir transparencia y mejorar al sistema de salud pública.
Se desarrollaron visualizaciones accesibles, campañas que amplificaron las voces de las personas afectadas, y una plataforma que logró convertir una experiencia individual, de acceso a servicios de salud pública, en una demanda colectiva.
Más que datos, se construyó sentido de comunidad. Y en ese sentido compartido, se fortaleció la capacidad de acción de quienes tradicionalmente han sido ignorados por las instituciones.


Izquierda: Conferencia de prensa de cerodeabasto.org. Derecha: Conferencia de prensa "Programa piloto del IMSS, seguridad social para trabajadoras del hogar". Imágenes cortesía de Accionar.io.
Diseño para reducir la incertidumbre
Ambos casos comparten un principio esencial: se basaron en procesos de co-diseño con las comunidades directamente afectadas. El proceso de diseño no comenzó al final del proceso de incidencia (por ejemplo, en la creación de campañas de comunicación), sino como punto de partida para imaginar lo posible. En vez de buscar soluciones definitivas y totalizadoras, se apostó por construir certezas mínimas, por abrir rutas, por prototipar.
“En contextos de alta incertidumbre, el diseño no debe buscar controlar. Su potencial radica en facilitar la aparición de respuestas colectivas, en hacer inteligible lo complejo, y en habilitar espacios donde las decisiones se toman de forma distribuida, no solo verticalmente.”
Esta visión del diseño requiere una práctica distinta: una que valore tanto el ensayo como el resultado, la escucha sobre la imposición, el proceso sobre el producto. Diseñemos bajo la premisa de co-diseñar desde abajo, no intervenir desde afuera.
Una disciplina en transformación
Este nuevo rol del diseño desafía los límites convencionales de la disciplina. Ya no se trata solo de generar productos atractivos o experiencias eficientes. Se trata de participar activamente en la disputa por el sentido, por el poder, por el futuro. Diseñar en la incertidumbre implica reconocer que no hay caminos trazados, que las soluciones se construyen en colectivo y, que muchas, veces el valor del diseño no está en su estética exclusivamente, sino en su capacidad de articular voces, sostener procesos y facilitar transformaciones.
Hacia adelante, este rol será cada vez más necesario. En un mundo donde las crisis se intensifican —la climática, la de cuidados, la de legitimidad democrática—, el proceso de diseño que sepa navegar lo incierto y amplificar soluciones de manera iterativa será una herramienta indispensable.

Hacia una nuevo paradigma del diseño
Este cambio de paradigma también implica repensar cómo formamos a las nuevas generaciones de diseñadoras y diseñadores. Urge una pedagogía que ponga al centro la investigación situada, la colaboración interdisciplinaria, el pensamiento sistémico y estratégico.
Las escuelas de diseño deben abrirse a la escucha de los territorios, a los saberes comunitarios y a las prácticas de quienes ya están interviniendo creativamente en el mundo sin llamarse diseñadores.
El diseño debe dejar de pensarse como algo que se hace para la gente y empezar a verse como algo que se hace con ella.
Diseñar en la incertidumbre no es una moda ni una tendencia. Es una necesidad urgente ante la complejidad de nuestro tiempo. El diseño que logra reducir la incertidumbre no lo hace a través del control, sino facilitando procesos colectivos de creación de sentido, acción y transformación.
Quienes trabajamos desde el diseño para la incidencia social, sabemos que no hay respuestas únicas a problemas complejos, pero también sabemos que podemos crear mejores preguntas.
Preguntas que convoquen, que generen acción, que abran futuro.
Y quizás esa sea, hoy, la tarea más importante del diseño.
Foto de portada: Movilización cerodesabasto.org cortesía de Accionar.io
Referencias
- Nosotrxs (2020). Plataforma ciudadana cerodesabasto.org
- IMSS (2019). Programa piloto de incorporación de personas trabajadoras del hogar al IMSS.
- Accionar.io (2023). Procesos de co-diseño y pedagogías de transformación.
- Manzini, Ezio. Design, When Everybody Designs. MIT Press, 2015.
- Escobar, Arturo. Designs for the Pluriverse. Duke University Press, 2018.
